viernes, 22 de julio de 2016

STAR WARS: REBELLION. EPISODIO XIII. LA RESEÑA

Estamos en guerra.

El poder del Imperio se extiende por toda la galaxia. Poderosas flotas orbitan sistemas leales y subyugados. Ejércitos innumerables patrullan su superficie y la sombra amenazante de la Estrella de la Muerte es una realidad desde el principio.

Se necesita una mesa pequeña para el juego... de comedor para 13 comensales más o menos.

Pero una panda de perroflautas antidemócratas y antisistema no están de acuerdo con el gobierno que ellos mismos ayudaron a instaurar democráticamente tras una votación en la que el senador Jar Jar otorgó poderes especiales al Canciller Palpatine. No, claro, no mola, así que nos rebelamos y asesinamos millones de personas, ciudada...

...divago...

Star Wars: Rebellion es una maravilla desde que agarras la caja. Pesa. Es compacta. Tiene material. Cartón del bueno y plastiquete. Ameritrash del weno.

A estas alturas todos deberíamos saber de qué va el juego. 2 a 4 jugadores se reparten los bandos emblemáticos (Imperio-Rebelión) para luchar por el triunfo en una enorme galaxia con (por ahora) 32 sistemas habitables.

Los bandos son absolutamente asimétricos y cada uno tiene su objetivo bien marcado para conseguir la victoria, a la cual se puede llegar por múltiples vías.

Lo mejor de cada casa cumpliendo misiones alrededor de La Estrella de La Muerte.

REBELDES: empiezan con su base oculta. Escogen una carta del mazo de planetas y la esconden. Ésa es su base. Con acciones pueden cambiarla si ven que El Imperio se acerca mucho. Sus líderes tienen que conseguir la simpatía de los sistemas, cumplir misiones para hacer avanzar el contador de objetivos, el ejército debería defender los sistemas leales e intentar arañar algunos al Imperio... pero no suele ser buena idea.

El bando Rebelde tiene que aguantar, huir, sabotear, emboscar el tiempo suficiente hasta que el contador de objetivos se encuentre con el de tiempo. En ese momento, ganan gracias a haber logrado la simpatía de la mayor parte de la Galaxia. Sencillo.

IMPERIO: Empiezan con un enorme contingente de tropas. Más planetas controlados que los Rebeldes y cartas de misión claramente orientadas a joder fastidiar: captura de líderes rebeldes, conversión al Lado Oscuro, Congelados en Carbonita... Al mismo tiempo tienen que investigar la ubicación de la Base Rebelde enviando sondas o interrogando educadamente a los líderes rebeldes.

Ganan si destruyen la base rebelde. Punto. Sencillo, para qué más.

Es un juegazo. Estuvimos 3 horas devanándonos los sesos. El Rebelde huyendo, yo capturando, interrogando, enviando sondas, reparando los sabotajes...

Al final una victoria rebelde por la mínima (y porque no habíamos leído bien las reglas).
El último asalto a la Base Rebelde ubicada en... ¡TATOOINE!. Los rebeldes aguantaron lo suficiente pese a tener una flota de Superdestructores en la órbita gracias a aniquilar el asalto terrestre :_(
Los componentes son impresionantes: mucho plástico y de calidad más que suficiente para su tamaño. El tablero es de una calidad suprema y las cartas... son las típicas de FFG: calidad.

La única pega es que los paneles de control del jugador son de un cartón algo cutre. No es una pieza que vaya a sufrir mucho pero bueno, se agradecería cartón más grueso. Nada que un plastificado no pueda arreglar.

Más que recomendado... recomendadísimo.

1 comentario:

  1. Ni la pude conseguir, con trabajos pude ver la peli nueva, jejeje... Definitivamente con Star Wars: The Force Awakens , me llevé una gran sorpresa. Como espectadora que ha asistido a los estrenos de los films previos, que prácticamente ha crecido con la primera trilogía, sólo puedo decir que me he enfrentado a una sensación con doble filo. Por un lado, feliz de reencontrarme con los viejos personajes, de palpar a ratos el espíritu de los films originales, de sentir la fuerza correr por mis venas mientras disfrutaba de una más que brillante mezcla de efectos digitales y físicos (uno de los mayores aciertos del film); pero por otro estaba todo el rato por delante del film, sabiendo en cada momento lo que iba a pasar, algo que sólo debe estar destinado a los más que necesarios segundos visionados. Ejemplo: en cuanto Han Solo llama a su hijo, sabemos qué va a pasar, y el momento, aunque bien interpretado, no posee fuerza. Pero sería injusto acribillar la película por ser a ratos, demasiados, predecible y casi una fotocopia de los instantes de la película que lo empezó todo. Al final El despertar de la fuerza parece más una película nostálgica que funcionará como transición para la nueva etapa de Star Wars ahora bajo la administración Disney Studios.

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